lunes, 10 de septiembre de 2012

Su verdadero nombre


Tembló cuando sucedió el beso, la niña que ahora recuerdo con dificultad. A veces su boca está pintada, otras no. Ardua e inútilmente busco restaurar todo aquello. Así temblará, creo yo, cada vez que un hombre acierte, en su exaltación o agonía, su verdadero nombre. Sé o pretendo saber que en el momento aquel también temblé yo. Ella que abrió su boca y atrapó su justo nombre en mi boca, a su vez, me reveló el alfabeto, el otro, el misterio, con el que se cifraron los besos de  cleopatra, magdalena y anaïs nin.
Dentro de mucho tiempo, un tiempo equidistante, otros sabrán, o saben, de nuestro beso. Y  en el ayer aún la alquimia sucede por vez primera.

Sebastián Ariel Rodríguez (autor)

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